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Retinopatía diabética en Tijuana, México

La retinopatía diabética describe una lesión en la retina debido a complicaciones de la diabetes mellitus, que puede causar ceguera en última instancia. Es una manifestación ocular de una enfermedad sistémica que afecta hasta al 80% de todos los pacientes que han tenido diabetes durante 10 años o más. La retinopatía diabética con frecuencia no presenta síntomas tempranos.

A medida que se desarrollan nuevos vasos sanguíneos detrás del ojo como parte de la retinopatía diabética proliferativa (PDR), pueden sangrar y nublar la visión. La primera vez que esto ocurre, puede que no sea muy grave. Por lo general, dejará solo un par de motas de sangre, o manchas, flotando en el campo óptico de una persona, aunque las manchas suelen desaparecer después de un par de horas.

Estas manchas suelen ir seguidas, al cabo de un par de días o semanas, de una hemorragia mucho mayor que nubla la visión. En casos excepcionales, la persona solo podrá distinguir la luz de la oscuridad en ese ojo. La sangre puede tardar entre unos días y meses o incluso años en desaparecer del interior del ojo, o bien no desaparecerá. Es probable que este tipo de hemorragias grandes se produzcan más de una vez, a menudo mientras se duerme.

Los vasos sanguíneos pequeños, como los del ojo, son especialmente vulnerables a un control deficiente del azúcar en sangre (glucosa). Una acumulación excesiva de glucosa y/o fructosa daña los diminutos vasos sanguíneos de la retina. Durante la primera fase, llamada retinopatía diabética no proliferativa (RDNP), muchas personas no notan ninguna alteración en su visión.

Algunas personas desarrollan un trastorno llamado edema macular. Se produce cuando los vasos sanguíneos dañados dejan escapar líquido y lípidos hacia la mácula, la parte de la retina que nos permite ver los detalles. El líquido hace que la mácula se hinche, lo que hace que la visión sea borrosa.
A medida que la enfermedad evoluciona, la retinopatía diabética no proliferativa grave pasa a una fase avanzada o proliferativa. La falta de oxígeno en la retina hace que se desarrollen nuevos y delicados vasos sanguíneos a lo largo de la retina y en el humor vítreo transparente y gelatinoso que llena el interior del ojo.

Sin una terapia adecuada, estos nuevos vasos sanguíneos pueden sangrar, nublar la visión y dañar la retina. Todas las personas con diabetes mellitus están en riesgo; cuanto más tiempo tenga diabetes una persona, mayor será el riesgo de sufrir algún problema ocular.

Procedimiento ProgenCell

Tradicionalmente existen tres tratamientos principales que ayudan a reducir el daño a la visión causado por esta enfermedad: la cirugía láser, la inyección de triamcinolona en el ojo y la vitrectomía. Es mejor tener en cuenta que, aunque estos tratamientos muestran una mejoría, no pueden curar la retinopatía diabética . Se debe tener mucho cuidado con el tratamiento con cirugía láser, ya que conduce a una pérdida de tejido retiniano.

Con frecuencia es más recomendable inyectar triamcinolona. En algunos pacientes, produce una mejora notable de la visión, sobre todo cuando hay edema macular. La fotocoagulación panretiniana o PRP (también llamada tratamiento con láser disperso) tiene como objetivo producir entre 1.000 y 2.000 quemaduras en la retina con la esperanza de reducir la demanda de oxígeno de la retina y, por lo tanto, el riesgo de isquemia.

Las quemaduras se utilizan para destruir los vasos sanguíneos anormales que se forman en la retina. Se ha demostrado que esto reduce en gran medida las posibilidades de pérdida grave de la visión en los ojos en riesgo en un 50 %.

Los pacientes pueden perder parte de su visión periférica después de esta cirugía, pero el método conserva el resto de la visión del paciente. La cirugía láser también puede reducir moderadamente la visión nocturna y de los colores.

Una persona con retinopatía proliferativa será vulnerable a nuevos sangrados, así como a glaucoma, una complicación de los nuevos vasos sanguíneos. Esto indica que pueden ser necesarios múltiples tratamientos para proteger la visión.

La triamcinolona es un esteroide de acción prolongada. Cuando se inyecta en la cavidad vítrea, disminuye el edema macular (engrosamiento de la retina a nivel de la mácula) que se produce debido a la maculopatía diabética y produce un aumento de la agudeza visual.

La influencia de la triamcinolona es transitoria, dura hasta tres meses, por lo que se requieren inyecciones repetidas para mantener el efecto beneficioso.

Las complicaciones de la inyección intravítrea de triamcinolona incluyen cataratas, glaucoma inducido por esteroides y endoftalmitis. La vitrectomía se realiza cuando hay mucha sangre en el vítreo. Requiere eliminar el vítreo turbio y reemplazarlo con una solución salina.

La vitrectomía suele realizarse con anestesia local. Después del procedimiento, el ojo estará rojo y sensible, y los pacientes normalmente deben usar un parche ocular durante un par de días o semanas para protegerlo. También se administran gotas oftálmicas medicinales para protegerlo contra infecciones.

En los últimos años, los estudios han descubierto que las células madre son excelentes para enfermedades oftalmológicas, como la retinopatía diabética , la retinosis pigmentaria y la maculopatía. El protocolo de células madre de ProgenCell para esta enfermedad consiste en aumentar el número de células madre nuevas no explotadas en la sangre periférica y detrás del globo ocular, en la cavidad retrobulbar.

Estas células madre reinyectadas tienen el potencial de replicarse y convertirse en nuevas células; serán asimiladas por el fondo del ojo, se injertarán en la zona y restaurarán los tejidos maculares y retinianos, además de reparar y crear vasos sanguíneos, también fortalecerán el sistema neurológico, rejuveneciendo y cambiando las células dañadas en el nervio óptico. En un quirófano se realiza una extracción de médula ósea del hueso de la cadera o de la tibia bajo anestesia local (no hay dolor).

Una vez finalizado, el médico activará las células madre con un método patentado y, de inmediato, se procederá a la infusión de las mismas mediante un método intravenoso no invasivo. ProgenCell también funciona mediante una inyección retrobulbar para colocar las células madre detrás del globo ocular y lograr una renovación eficaz del tejido dañado. Una pequeña muestra de la solución se envía a un laboratorio especializado donde se confirma y analiza la cantidad y calidad de las células madre.

Resultado estimado del procedimiento ProgenCell

El objetivo del procedimiento es reparar el tejido macular y retiniano dañado, restaurar la vascularización normal detrás del ojo y mejorar su función. Por lo tanto, el resultado esperado es detener o disminuir el desarrollo de la enfermedad y, en última instancia, renovar las células dañadas para revertir los efectos y aumentar la visión.

Las células madre viajan por todo el cuerpo y el ojo se injertan en el tejido dañado mejorando el funcionamiento del órgano y las conexiones neurológicas. Los pacientes han revelado en común que mejoraron su vista, además de informar de una leve mejora de su problema de audición y de sus altos niveles de energía.

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